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jueves, 22 de julio de 2010

El fantasma de tu ego


Todos hemos oído hablar alguna vez de fenómenos extraños, situaciones paranormales que han sucedido o que nos han sucedido en ocasiones.
A falta de una explicación científica nosotros le ponemos un toque de misterio, y a menudo lo convertimos en una bola rondante difícil de parar.
¿Que hay de cierto en todo esto?, ¿existen los fantasmas?
El sentido común nos dice que no, pero hay señales que nos incitan a pensar en lo contrario. Es el caso de las psicofonías, grabaciones que a una cierta frecuencia producen ruidos, y que a veces se suelen identificar con voces, y esas voces con mensajes. Otras veces son los perros los que nos avisan con sus capacidades sensitivas de algún fenómeno extraño, o de algún miedo que algo les produce, ¿es que ven los perros algo más de lo que vemos nosotros?
He escuchado historias que hablan de luces que iluminan toda una montaña en plena noche y se apagan sin dejar rastro, de OVNIS fotografiados y vírgenes llorando, de voces llamando, de niños gritando.
¿Son los fantasmas una recreación de nuestros miedos? Quizás subestimemos el poder de nuestra mente y no la entendamos. Nuestro sentido común ¿es fiable?. ¿Estará atrofiado y no podrá ver más allá?. La falta de comprensión de estos fenómenos podría dar explicación a todo esto. Quizás no esté tan lejos la respuesta como creemos.
Ya los griegos en época arcaica vivían en plena naturaleza, y para ellos eso significaba el caos. Por eso se formaban los templos en el centro de esas aldeas, para darle cohesión y sentido al territorio. Todo esto nos puede dar una pista del funcionamiento de la mente humana, la cual no comprende el desorden o el desconocimiento.
Otro ejemplo es la ordenación urbanística de las ciudades, las cuales son un dibujo tridimensional de lo que tenemos dentro de nuestro cerebro, de como plasmamos en la materia lo que tenemos en nuestro pensamiento.
El plano de lo paranormal no es muy diferente de estos otros, a falta de explicación nuestra inteligencia busca soluciones. Podemos buscar las formas de una cara en una nube, o en las ramas de un árbol, o en la superficie de Marte, y podemos transformar ruidos en sonidos entendibles. Es la imaginación la que nos la coherencia, una imaginación que a veces es colectiva, mas potente e indiscutible. Porque ante todo las creencias son eso, colectivas e irrevocables.
Y tal vez esa búsqueda de respuestas del otro mundo no sean más que el reflejo de un mensaje de dentro, el lamento de nuestro intelecto por intentar llegar lejos y quebrarse en el intento, la ruptura de la racionalidad con el desconocimiento que produce la curiosidad sin premio y el desvanecer del pensar y el saber.
Y nunca lo comprenderemos

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