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jueves, 27 de octubre de 2011

Más allá de la mentira



Quiero hablar de un tema que me lleva sobrecogiendo un tiempo y que para mí es uno de los más importantes enigmas del comportamiento de la humanidad: ¿por qué queremos saber lo imposible?.

No es nuevo que la gente suela acudir a adivinadores del futuro, pitonisas, médium o como se quieran llamar estos personajes. Yo no soy muy creyente en ningún sentido y, bueno, se puede creer en muchas cosas, religiones, fenómenos paranormales, el otro mundo…Resulta que ninguno de esos me ha convencido nunca , y me considero un razonador empírico y convencido, y como tal voy a tratar este tema desde los puntos de vista que me interesan.

En primer lugar tengo que decir que para mi es importante, a parte de este fenómeno en sí, otro que está sumamente unido a él, y es la necesidad que tiene la sociedad de crear a personas que den esta información. Esto es algo que para mi es exactamente igual que lo reconfortante que resulta una religión , cuando te dice que si te mueres no te preocupes que estas salvado, vas a vivir mejor y encima te vas a reencarnar y no se cuantas cosas más. Y lo interesante de todo esto es que animales racionales se comporten a veces de forma irracional para entender estos conceptos, que por otra parte quizás sean innatos en nosotros mismos por la necesidad de buscar una tutela superior.


El caso es que sobre los médium mucho se ha hablado y se ha escrito. A mi, hoy por hoy, me crispa los nervios cierta mujer con ojos claros que suele ir por los platos de televisión hablando con los muertos (Anne Germain). Y es que con la dispersión intelectual que existe en el mundo a veces surgen agujeros donde se meten estos individuos para crear el caos.

Por otro lado no deja de llamarme la atención que sea ella la que elija a la gente, así que o bien soy muy mal pensado o le van soplando cosas. Su cara amable y tranquila y sus ojos claros relajan e incluso hipnotizan, o mejor dicho idiotizan, hasta tal punto que si no te lo crees parezca que estés insultando a Dios.

Puede que sea deformación profesional, pero no me he llevado cinco años de mi vida estudiando una carrera como Historia para nada. Como mínimo siempre nos enseñaron a intuir al menos el futuro, porque si sabes cosas del pasado puedes, no adivinar, pero si entender lo que cabe esperar. Es por eso por lo que me siento directamente ofendido cuando estos maestros de la mentira intentan instruirnos sobre nuestro pasado, presente y futuro sin ningún tipo de escrúpulo. Si a eso le unimos que además hablen con los muertos, entonces el tema ya se pone realmente serio.

Después de exponer aquí este dilema, he llegado a varias conclusiones personales al margen de Anne Germain y sus secuaces. Pero a colación de las estafas en este campo quiero puntualizar algo. Las creencias dan lugar a que algunas personas, ciegamente afectadas por ellas, entren en un circulo de dependencias que puede hacerlos presas de sus verdugos, auténticos malabaristas de la mentira que atrapan a la gente. Este es el caso que nos ocupa aquí, pero también hay muchos otros como el de las sectas, cada día mas sofisticadas y dificiles de destapar. Estos individuos juegan con el factor creencia-debilidad psíquica.

Lo cierto es que las creencias son totalmente contrarias a la ciencia. Un pensamiento anacrónico sería que las tormentas son obra de los dioses que lloran y se enfadan. Y precisamente uno de los legados que nos ha dejado la ciencia en nuestra cultura es que lo que no se puede demostrar no se puede afirmar. Por eso no veo justo que ideas inventadas por el hombre se adopten como dogma de fe, si ni siquiera esas ideas han sido fruto de un esfuerzo claro y definido por llegar a algo que parece tan difícil de entender, la verdad.


Quien piense que existe alguien capaz de  hablar con los muertos es una persona que tiene que aceptar varias cosas previamente: primero debe aceptar que los muertos están vivos, por otra parte debe aceptar que los muertos vivos se pueden comunicar y además de todo eso aceptar que hay tipos gente que sin ánimo de lucro hablan con ellos asiduamente, y que incluso los ven.

Con el tema de los sentidos hay que tener mucho cuidado, porque no son fiables. Que veas algo no significa que lo vean los demás, y mucho menos que exista, porque nuestra mente relaciona las cosas que aprende, y nunca le pone imagen a cosas desconocidas si no es con la ayuda de nuestra experiencia. Esto explica por ejemplo que a veces demos formas a cosas que no la tienen y que se parecen a otras. Por otra parte las drogas cambian la percepción de la realidad. Sin embargo, a pesar de nuestras limitaciones,muchas veces confiamos en lo que captamos a ciegas por nuestros atrofiados instintos.

La mente humana es fácilmente confundible y manipulable. La información nos puede hacer ver puntos de vista diferentes, o cambiar el que tenemos. A menudo hemos pensado que algo era cierto y al tiempo nos hemos dado cuenta que era totalmente falso y que estabamos equivocados. La influencia de un colectivo importante nos empuja a hacer lo que el grupo quiere. Querer algo con muchas ganas o cualquier trauma adquirido en la infancia nos fija los conceptos, y nos anquilosa en ideas probablemente erróneas.

Pero sobre todo es en una gran pérdida, un mal trago, donde el ser humano se vuelve más vulnerable, si hay algún momento para manipular la mente humana éste es sin duda el mejor, aquí podemos ser presa fácil de  alguien frío que te analice y te destripe en segundos mientras tu te ablandas los sentimientos.

Las debilidades de nuestra mente nos empuja a crear un ser por encima de nosotros que nos lleve, y al igual que tenemos un presidente del gobierno, el cual nos gobierna, en el apartado espiritual también pedimos una gestión superior de todo lo que se nos escapa, y si no existe ese ser nosotros lo creamos. Y así vivimos en un mundo a caballo entre la mentira y la verdad. Y así vamos pasando la vida, con esas ideas, porque alomejor no nos interesa saber nada más, o porque la mentira impuesta siempre es más cómoda que verdades incomodas.


Y para concluir no quería dejar de hablar de un tema tan relacionado con los médium como suele ser la aleatoriedad y la ambigüedad de los discursos. Cuando eres poco concreto o hablas de temas muy generales es fácil que tengas todas las posibilidades de acertar. Por lo demás no te preocupes que si te equivocas ya está la mente humana para salir a tu encuentro, y buscar una idea que relacione lo que tu estas contando con sus experiencias vitales.

Muchos de los problemas , de los engaños y estafas que nos ocurren vienen precedidos de un acto irracional de fe. Esta fe y el morbo de saber lo imposible, junto con el desamparo vital propio de nuestra naturaleza de seres racionales, hacen daño en nuestras ideas, y seremos un juguete más allá de la vida y la muerte si no ponemos sentido común a este sin sentido que se propaga como una plaga sin freno.

Quizás al fin y al cabo solo sea cuestión de llevar una vida soportable más allá de la verdad.

lunes, 24 de octubre de 2011

El colapso generacional


Corren tiempos difíciles, el legado de una generación pasa a duras penas a otra, pero siempre con mucho ruido e  interferencias. Porque la cultura se transmite como las ondas, o mejor dicho, se transmite por ondas a través de nuestra comunicación. Lo que hoy sabemos se lo transmitiremos a nuestros hijos para que ellos lo transmitan.

Y es que no hay mejor medio para transmitir la cultura que la propia familia, que no es mas que una pequeña representación a escala de la sociedad en la que vivimos y que nos marcará las pautas que debemos seguir a lo largo de nuestra vida en sociedad.

Pero entonces, ¿hay tantas culturas como familias?. La respuesta es compleja, porque por un lado enseñamos a nuestros hijos una forma de vida personal, pero por otro la propia sociedad se encargará después (por medio de otros grupos sociales como los amigos) de poner en común todas y cada unas de esas personalísimas maneras de entender la cultura de un determinado grupo humano. 

Hoy en día todo este planteamiento está teniendo una evolución sin precedentes, porque con la aparición de Internet y las propias redes sociales, las diferentes culturas se ponen aquí en común, para simplificar más si cabe el comportamiento del hombre y mantenerlo online, y digo mantenerlo porque cada vez se pone más difícil aquello de no estar conectado a algo.

Es a partir de aquí donde debemos rebobinar e irnos al principio de todo, la familia. Desestructurada con unos padres que trabajan y unos hijos mal atendidos, esta mínima representación de grupo humano está cambiando los registros de valores que están dando a sus hijos, y ello debido a cuestiones externas e imposibles de controlar. Aquí en este punto es donde nace ese niño abandonado a su suerte, desinformado y sobreinformado, no tutelado, para abrirse paso a través de las redes sociales cual pez en el agua, y así pertenecer a ese gran océano de circuitos electrónicos.



Y nos surge el gran debate de si internet es una forma de cultura o una herramienta incontrolable capaz de destrozar en pedazos el legado de un pueblo, las costumbres de una tierra .Quizás lo estemos enfocando mal, a lo mejor el fin ultimo de internet es ser creado para transformar los modelos intelectuales, cambiar las mentalidades de los padres y variar el estado de los valores personales.Puede ser que a la larga y con perspectiva nos demos cuenta que realmente la tecnología nos ha pillado, y va mucho más deprisa de lo que nosotros podemos correr, por lo que representaría un problema de desarrollo.

En esta diversificación nacen ahora esos niños, supervivientes de una especie ocupada, victimas de la velocidad de la banda ancha y de la vida de sus padres, y por que no decirlo, náufrago buscando ayuda , embajadores del carpe diem y padrinos del estrés.

Por ahora su único consuelo será asomarse a una ventana y respirar lo que una vez fue una vida sostenible y calibrada. A saber qué les espera.