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domingo, 22 de agosto de 2010

Aquellos maravillosos años

trompo546

Ahora que estamos en vísperas de septiembre recuerdo con añoranza aquellos tiempos míos tan salvajes, y es que ahora los niños parece que van al colegio con GPS incorporado. Es raro el que no tenga móvil y un ordenador, un ciber niño ciber equipado en la escuela de la ignorancia de sus padres.

Esto no es más que una manifestación más de las nuevas dependencias, estos bienes que el consumo nos ha impuesto por la fuerza. Incluso es difícil recordar aquellos tiempos en los que no teníamos teléfono móvil encima y los trabajos había que hacerlos manuscritos o como mucho en una máquina de escribir que te hacía polvo los dedos.

¿Es realmente necesaria toda esta tecnología o son productos impuestos en nuestra cultura para darles salida en el mercado?. Todo esto nos lleva a pensar en la realidad  de la sociedad y sus necesidades. Porque una civilización no progresa sin inventos, y necesita ciertos avances dependiendo de su complejidad, y todo ello para seguir subsistiendo.

Por otro lado esta es una sociedad de consumo, tanto es así que inventar productos está a la orden del día, no ya por necesidad, sino para darles salida, en el eterno circulo de la ley de la oferta y la demanda.

Aún recuerdo aquellos tiempos en los que no existía el Email, parece increíble, pero sí, hace no mucho no había correo electrónico y si querías mandar una carta debías ir al buzón. Hoy en día el servicio de correos ha quedado simplificado al envío y recibo de paquetería.

Y que decir de la termomix, del tdt, del tft, mp3, ps3, miles de productos que nos resultan prácticos y nos hacen la vida mas fácil. Las tarjetas de crédito simplifican el dinero, nunca hubo tal especulación

La dependencia a la informática es total, tanto es así que se han inventado trabajos que dependen totalmente de las nuevas tecnologías, como la dependencia de los comerciales a los teléfonos móviles, que agilizan su trabajo exponencialmente. ¿Donde está la lima y el trompo?, ¿donde están las chapas, los intercambios de cromos?, ¿donde están aquellos partidos de futbol que jugábamos a todas horas? Parece que a los niños no les interesan los juegos manuales y cada vez mas los socializamos en las tecnologías, comprándole ordenadores desde edades muy tempranas y esclavizándolos de por vida en el sedentarismo.

La madre de todos los cambios, la informática, es también la madre de la obesidad infantil, consecuencia del pausado y estresante ritmo que amenaza a generaciones futuras.

En realidad pensando y pensando no dejo de plantearme si todo esto no es mas que un síntoma de que me estoy haciendo un viejo intolerante obcecado con mis tiempos y que se resiste a aceptar nuevas épocas.

En fin, para gustos colores, la realidad está ahí.

2 comentarios:

  1. Tu un viejo intolerante? pero si eres el primero que quiere tener lo ultimo de lo ultimo! De todos modos me agrada que tengas estas reflexiones, tienes toda la razón. Como el anuncio del IKEA, no es mas rico el que mas tiene, sino el que menos necesita...
    TQ!

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  2. yo estoy de acuerdo con Moli, es una buena reflexión, teniendo en cuenta que viene de un ciber cuñado ciber enganchado!! jejeje un beso!!

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